La construcción del muro que pretende separar la Villa 31 de la Autopista Illia vuelve a poner de manifiesto cual es la política que el macrismo tiene destinada para las villas y asentamientos de la Ciudad.
Al tiempo que se vende al mundo como una ciudad incluyente, que transfiere a CABA la experiencia de las comunas de Medellín en Colombia, promueve un proyecto que segrega y que nada tiene que ver con la obligación que tiene el gobierno de integrar estos barrios al resto de la Ciudad.
Facundo Di Filippo, referente del Partido Social de la Ciudad y autor de la Ley de urbanización de la Villa 31 (Ley 3343 de 2009), expresó que "el Gobierno de la Ciudad, no contento con incumplir la ley de urbanización desde hace 5 años, ahora la viola completamente. El artículo 7 obliga al GCBA a la construcción de infraestructura a fin de alcanzar la integración total a la trama urbana del barrio y la periferia y este proyecto claramente va en contravía con esta obligación".
El discurso maniqueo y vaciado de análisis que se instala, desde el poder, respecto de la inseguridad, es el escenario construido para que los gobiernos lleven adelante acciones que violan los derechos humanos. El violento desalojo en el Barrio Papa Francisco que dejó a cientos de familias en situación de calle y la construcción de este paredón en la Villa 31 son ejemplo de ello.
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