martes, 19 de abril de 2016

Di Filippo presentó importante información en la causa judicial por la tragedia de Costa Salguero

  • El Código de Planeamiento Urbano (Ley 449 CABA) impide la habilitación de actividades comerciales en el predio de Costa Salguero.
  • Ninguno de los establecimientos que funcionan en el complejo Costa Salguero -incluyendo el Centro de Convenciones- podrían haber sido habilitados, sin violar la normativa vigente.
  • No resulta legalmente compatible el otorgamiento de "permisos especiales" para desarrollar actividades no autorizadas por la habilitación.

Tras la muerte de cinco personas que habían asistido a la fiesta Time Warp, el exdiputado porteño Facundo Di Filippo del Partido Social, presentó un escrito ante el juzgado Federal número 7, a cargo de Sebastián Casanello, con valiosa información referida a la ilegalidad del predio Costa Salguero y la responsabilidad del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Uno de los principales cuestionamientos a Costa Salguero es que se encuentra en una porción de la Costanera que en el Código de Planeamiento Urbano (Ley 449, CABA) cataloga como Urbanización Parque (UP), que no permite actividades comerciales ni lucrativas

Di Filippo señaló que "Costa Salguero es un predio de 17 hectáreas de tierras públicas ganadas al río y cuya zonificación esta expresamente establecida como un parque donde no se permite ninguna de las actividades que allí se desarrollan, por lo que jamás la fiesta electrónica debería haber obtenido una habilitación válida”, explica Di Filippo. 

En el escrito presentado, Di Filippo recuerda que desde el año 2009 viene batallando judicialmente contra Costa Salguero por la ilegalidad de su concesión y habilitaciones y  para que se devuelva ese predio para su uso público. Por ello sugiere al magistrado que solicite acceso a los expedientes generados por el amparo que interpuso en 2009 en la Justicia de la Ciudad, por un lado; y, por otro, a la causa de la denuncia realizada en 2014 junto al legislador Gustavo Vera y al exlegislador Pablo Bergel en relación no solo a este predio sino a todas las concesiones irregulares e ilegales que el gobierno porteño ha llevado adelante.

"Las irregularidades de la concesión de Costa Salguero se enmarcan en una situación general de manejo fraudulento de una gran parte de las concesiones que otorga el gobierno de la Ciudad", finalizó Di Filippo.

La presentación realizada ante Casanello también sugiere que se cite al juez Roberto Andrés Gallardo para que aporte a la causa la información a la que accedió por haber tramitado el amparo de 2009 desde 2014, la causa se encuentra en el Tribunal Superior de Justicia porteño, y a la fiscal de Instrucción Paula Asaro, en quien recayó la mencionada denuncia de 2014. 
 
Martes 19 de abril de 2016 

viernes, 1 de abril de 2016

La Agencia de Bienes S.E: una entidad a la medida del extractivismo urbano

Intervención de nuestro compañero Facundo Di Filippo en la audiencia pública por el proyecto de ley que propone la creación de la Agencia de Bienes S.E.


Sr. Presidente (Forchieri).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante número 72, señor Facundo Di Filippo.

Sr. Di Filippo.- Buenas tardes. La verdad es que los vecinos han planteado muchas de las inquietudes y las objeciones de oposición a este proyecto. Me parece que lo primero que habría que reconocer es la consecuencia del Gobierno de la Ciudad con respecto a este tipo de iniciativa. Recuerdo que en el año 2009, siendo legislador de la ciudad y teniendo en el medio el conflicto de lo que fue la ex Autopista 3, el primer proyecto que envía el Gobierno de la Ciudad fue crear la corporación Puerta Norte. Están los antecedentes. Esa ley ingresó, se puede buscar en el sistema interno. Y era bastante similar. Se trataba de una corporación que operaba en el norte de la ciudad, dejaba afuera a la Corporación del Sur y tenía esta facultad de enajenar los inmuebles del dominio privado de la ciudad.

En ese momento la bancada oficialista sí acercó –algo con lo que ahora no contamos– el listado de inmuebles que eran factibles de enajenar. Y la verdad es que se trata de un listado enorme de inmuebles; inimaginable. No es solamente Tiro Federal. El Tiro Federal aparece ahora como la cabecera de este proyecto, pero el listado es muy grande. Por eso lo complejo, lo difícil y lo inaceptable de esta ley. En ese momento, también yo estaba terminado mi mandato y no había sido reelegido como legislador, y hubo sondeos por parte del bloque oficialista para que si avanzaba con esa iniciativa iba a tener un lugar en el directorio de esa institución. Cuestión que rechacé de plano.

Me parece que hay que pararse allí, más allá de las objeciones técnicas y constitucionales del proyecto que uno pueda tener. ¿Cuál es el límite de la política para aprobar este tipo de iniciativas? (Aplausos). Yo me pregunto, ¿dónde está la grieta si el bloque del Frente para la Victoria es coautor de esta iniciativa? ¿Dónde está la famosa grieta? Queda claro que para determinados tipos de iniciativa no existe grieta.

Vuelvo con este concepto de lo innecesario de los inmuebles. Con eso justifican concesiones. Con eso justificaron o quieren justificar la venta de, por ejemplo, Buenos Aires Design cuando le cobran al Grupo IRSA 49.000 pesos por mes por la explotación de 70 locales y 240 cocheras. Y ahora vuelven con lo innecesario del Tiro Federal y del resto de los inmuebles. Ello me hizo acordar claramente a lo que fue la década menemista, porque allí todas las privatizaciones se dieron declarando innecesario todos los organismos y servicios que se fueron privatizando.

Creo que aquí el problema es un problema político. Esta discusión que estamos teniendo hoy aquí, en donde hay muchos vecinos preocupados, no toma estado público. La "cortina mediática" es muy fuerte. Yo me pregunto: por un lado, uno podría decir que para el votante del Gobierno de la Ciudad, hay un porcentaje que podría estar de acuerdo con este tipo de iniciativas y, claramente, otro no. Así lo dijo hoy el primer o segundo orador de Tiro Federal, que si hubieran sabido, muchos socios de Tiro Federal que el Gobierno de la Ciudad iba a realizar esta iniciativa, seguramente no lo hubieran votado en la elección general. Ahora, ¿qué pasas con la legitimidad que le da el votante al Frente para la Victoria? ¿Cuántos militantes de Frente para la Victoria estarían de acuerdo con esta iniciativa? Yo creo que cerca del 90 por ciento la rechazaría de cuajo. Entonces, me parece sinceramente que no todo es estructura; no todo son cargos. Hay que hacerse cargo de la política. Hay que dignificar a la política y espero que todos estén a la altura de las circunstancias. (Aplausos.)

Los inmuebles de la Ciudad de Buenos Aires son un bien esencial. Las ciudades, a nivel mundial, están creciendo, concentran población. Van a ser necesarios esos inmuebles para planificar una política urbanística seria. No los están volcando para la problemática habitacional. ¿Saben cuántos inmuebles se incorporaron a la Ley 341, de cooperativas, desde que asumió Mauricio Macri la jefatura de Gobierno de la ciudad para paliar la emergencia habitacional que afecta a 500 mil personas? Cero; ninguno. Todos los inmuebles están siendo destinados a la lógica del mercado. (Aplausos.)

Hubo una reflexión por parte de las autoridades –por lo menos temporal– de no avanzar con la ley de bares en plazas en el Parque Chacabuco, aunque en otras plazas sí van a instalar bares. Esa reflexión, en línea con la oposición vecinal, espero que puedan tenerla para este tipo de iniciativas. Ojalá esto pueda resolverse por la vía de la política y no haya que terminar en los tribunales, como termina este tipo de leyes. Seguramente ese será su destino, si es que consiguen los dos tercios en las próximas sesiones. Gracias. (Aplausos.)

jueves, 7 de enero de 2016

La ola de despidos: sin color ni bandera

¿Cuántos estarán, en estos días, disfrutando de una marea calma? Recordarán la “importante” finalidad de las banderitas de colores en las playas, que nos indican cuándo deberíamos tener ciertas precauciones y cuándo despreocuparnos, nuestro consejo es: no se fíen nunca del mar, si hay olas siempre habrá peligros latentes 

La analogía elegida por los medios de comunicación para denominar la embestida del gobierno nacional contra las/os trabajadoras/es del Estado Nacional tiene un alto porcentaje de efectividad. Pensar los sucesos de los últimos 20 días bajo la expresión “Ola de despidos” no solo embellece el texto sino que incorpora en sí misma la figura de un proceso. Una ola, que tiene (tuvo) un comienzo, y está siguiendo un desarrollo. 

¿Frente a qué tipo de marea estamos? ¿Está subiendo? ¿Está bajando? ¿Qué color de banderín le darían los salvavidas mediáticos a semejante panorama? 

Seguramente, pocas/os terminaban de creer en las amenazas de una reducción de personal arbitraria, contraria a los derechos de las/os trabajadoras/es. Aquí, nuestras pesadillas están volviéndose realidad, pero… ¿Aquí dónde? 

En la provincia de Tierra del Fuego, bajo las condiciones climáticas macristas, la gobernadora kirchnerista Rosana Bertone ha encontrado también su momento de ajuste. Bien ha aprendido, en tan solo 16 días de gobierno, a surfear sobre la coyuntura. Al día de hoy son 600 los despidos infundados, sin auditoría ni reconocimiento mínimo de trayectoria laboral. 

Con vestigios de los noventa, se cohíbe la lucha por el aumento de salarios, y en guiño con empresarios también se expone a las/os compañeras/os trabajadoras/es del ámbito privado para más despidos.

La forma de proceder de los distintos gobiernos, tanto a nivel nacional como en distintas provincias, se enmarca en una visión y un discurso que estigmatizan, discriminan y denigran tanto al Estado como a las figuras del trabajador y trabajadora del sector público. 

Volvamos a nuestra analogía: la ola. Las dimensiones que se están movilizando, los velos del calor, la humedad y la compra de medios de comunicación no deben taparnos los oídos ni los ojos. No debemos acostumbrarnos, debemos prestar real atención. 

Hoy nos encontramos luchando codo a codo con compañeras/os de todas las provincias. El llamado de unidad de sindicatos y de asambleas auto-convocadas debe otorgarnos la criticidad y el alerta que por mucho tiempo pasó de largo en los espacios de lucha. Hoy, al discurso de los derechos adquiridos no solo debemos repetirlo, llegó el momento de defenderlo con nuestro cuerpo. Ahora bien: con nuestro cuerpo y por cada una/o de las/os compañeras/os del país. 

La ola no tiene banderas ni colores. La ola es una sola, reconozcámosla.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Análisis de la COP-21 en París. "Sin Paz con la Tierra, no habrá Paz sobre la Tierra"

Por: Alberto Acosta y Enrique Viale

Resulta evidente que la Humanidad atraviesa un momento complejo. Como nunca antes en su historia su existencia está globalmente amenazada. No se trata ya de enfrentar problemas aislados de sequías o de inundaciones, por ejemplo. Ahora los problemas socio-ambientales provocados por el ser humano, (des)organizado en la civilización capitalista, plantean retos globales. Todo indica que estamos cerca de llegar a un punto sin retorno (o que quizás ya lo estamos superando…). Frente estas realidades y amenazas se elevan muchas voces de angustia y también propuestas de acción.

A primera vista parecería que hay una coincidencia de que se tiene que hacer algo. Al menos en el discurso, se acepta la necesidad de replantear las lógicas de producción y de consumo de la sociedad moderna para transitar por otros caminos con una relación más armónica con la Naturaleza. Esa aceptación, sin embargo, no se ha traducido en logros concretos. Hasta ahora.

Recordemos que los esfuerzos desplegados desde la aprobación del Convenio de Kioto en 1997 no se han cristalizado en resultados concretos. Más aún, el fracaso de la COP 15, realizada en el año 2009, en Copenhague, sentó un duro precedente. La desazón y desesperanza coparon el ámbito de acción en Naciones Unidas. Y desde esa perspectiva, cuando era poco lo que se esperaba, emerge como un logro el acuerdo global conseguido en la COP 21 en Paris, en diciembre del 2015. En esa ciudad, sacudida poco antes por un brutal atentado terrorista, 95 países miembros de la Convención de las Naciones Unidas contra el Cambio Climático más la Unión Europea, a la que se considera un estado más, alcanzaron un acuerdo contra el calentamiento global que implica a la práctica totalidad del planeta.

Sin embargo, como una primera gran conclusión podemos determinar que, si bien lo logrado es significativo comparado con los fracasos anteriores, resulta muy poco o definitivamente nada con lo que este reto global demanda. Para dudar de los aplaudidos alcances conseguido en París, cabría preguntarnos, como lo hace Gerardo Honty, por qué “muy distintos actores, desde los grandes exportadores de petróleo a las corporaciones globales, todos ellos, terminaron aplaudiendo el acuerdo parisino. Si esos actores celebran el convenio, es que sin duda no se están poniendo límites a la civilización petrolera”. Igual cosa podríamos plantear desde la aceptación de los países exportadores de petróleo o desde de sus mayores consumidores, como China y Estados Unidos, que también se hallan en el coro de aplaudidores.

Veamos unos cuantos aspectos relevantes

Este Acuerdo, mundialmente aplaudido –sobre todo por los grupos de poder político y económico- presenta muchas falencias y debilidades, a más de marginaciones imperdonables. Noemí Klein pronto detectó que no aparecen siquiera nombrados conceptos clave como “combustibles fósiles”, “petróleo” y “carbón” y que la fenomenal deuda climática del norte hacia el sur brilla por su ausencia. En el Acuerdo se han suprimido las referencias a los Derechos Humanos y de las poblaciones indígenas, referencias transladadas al preámbulo. Además, pasará un tiempo para que este Acuerdo entre en vigor: las distintas partes tienen plazo entre abril del 2016 y mayo del 2017 para ratificar el Acuerdo, que entraría en vigor en el año 2020. Y una primera revisión de resultados sería en el año 2023.

Los debates no abordaron a fondo los puntos sensibles, en tanto los negociadores se esmeraron en evitar los verdaderos problemas y menos aún proponer las verdaderas soluciones. Los países poderosos y las transnacionales consiguieron que ningún documento o decisión afecte sus intereses y se convierta en un obstáculo en la lógica de acumulación del capital. No se cuestionó para nada la perversidad del crecimiento ilimitado cuando ya son evidentes y feroces sus consecuencias socio-ambientales sobre la Madre Tierra. No hay compromisos vinculantes de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero; entonces estas emisiones continuarán aumentando. Tampoco se ha reconocido la deuda climática (mejor hablemos de deuda ecológica) que tienen históricamente los países industrializados con el mundo subdesarrollado; más aún, las grandes potencias, Estados Unidos y la Unión Europea, no solo desconocen esa deuda, sino que hacen todo lo posible para no aceptar sus responsabilidades pasadas y actuales en la desaparición de glaciares, la subida del nivel marino y los eventos climáticos extremos.

Al no haberse adoptado medidas drásticas que limiten y hasta reduzcan la oferta de combustibles fósiles, así como medidas que paren la deforestación, la temperatura continuará subiendo, contrariamente a lo proclamado en París. A modo de punto relevante, tengamos presente que el objetivo a largo plazo es que la temperatura del planeta no sobrepase los 2 grados de aumento a final de siglo (incluso se aspira a un objetivo más ambicioso de 1,5 grados) Sin embargo, con los compromisos voluntarios de reducción de emisiones de efecto invernadero, que han presentado los diferentes países en Paris, la temperatura llegaría a sobrepasar los 3 grados. Y por cierto, en estas circunstancias, la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera seguirá aumentando.

Vistas así las cosas, no todo el contenido del Acuerdo tiene el mismo grado de compromisos. Si los países no están obligados a cumplir los compromisos de reducción de emisiones que han presentado, no habrá sanciones si no cumplen sus ofrecimientos de reducción de emisión, pues quedarán en eso, en simples ofrecimientos. Lo que se espera es que esos ofrecimientos se transformen en compromisos aún más audaces a través de revisiones cada cinco años.

El Acuerdo no fija metas claras en lo que al pico de emisiones se refiere. Y tampoco establece medidas a adoptar con el fin de descarbonizar la atmósfera. No hay planteamientos concretos tendientes a combatir los subsidios que alientan el uso de los combustibles o para dejar en el subsuelo el 80% de todas las reversas conocidas de dichos combustibles, como recomienda la ciencia e inclusive la Agencia Internacional de la Energía, entidad que de ecologista no tiene un pelo.

Si como ya anotamos no se cuestiona “la religión” del crecimiento económico, en ningún punto se pone en entredicho el sistema del comercio mundial, que esconde e incluso fomenta una multiplicidad de causas de los graves problemas socio-ambientales que estamos sufriendo; tanto es así que “el comercio internacional deberá proseguir sin obstáculos, incluso en un planeta muerto”, al decir de Maxime Combes. Sectores altamente contaminantes como la aviación civil y el transporte marítimo, que acumulan cerca del 10 % de las emisiones mundiales quedan exentos de todo compromiso. Tampoco se afectan para nada las sacrosantas leyes del mercado financiero internacional que, sobre todo vía especulación, constituye un motor de aceleración inmisericorde de todos los flujos económicos más allá de la capacidad de resistencia y de resilencia de la Tierra. Y no hay compromisos orientados a facilitar la transferencia de tecnologías destinadas a facilitar la mitigación y la adaptación a los cambios climáticos en beneficio de los países empobrecidos.


Así las cosas, con este tan promocionado Acuerdo se abren aún más las puertas para impulsar las que se conocen como falsas soluciones en el marco de la “economía verde”, que se sustenta en la continuada e incluso ampliada mercantilización de la Naturaleza. Así, con el fin de lograr un equilibrio de las emisiones antropogénicas, los países podrán compensar sus emisiones a través de mecanismos de mercado que involucren a bosques u océanos; o alentando la geoingeniería, los métodos de captura y almacenaje de carbono, entre otros.

Para financiar todos estos esfuerzos se establece un fondo de 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020. Esa cantidad, con seguridad menor a la que han recibido los bancos en sus crisis recientes y que no constan en el Acuerdo, podría ser ampliada en 2025; además, este fondo carece de previsbilidad y transparencia. Por cierto el rigor de los compromisos cambia dependiendo de la situación de los países: desarrollados, emergente y “en vías de desarrollo”: eufemismo con el que se conoce a los países empobrecidos por el propio sistema capitalista y su inviable propuesta de desarrollo.

Este Acuerdo, en palabras de Silvia Ribeiro, entonces, “se decanta por las opciones más conservadoras y menos ambiciosas” que fueron propuestas durante las negociaciones. De lo expuesto, que deberá ser complementado y profundizado con análisis aún más detenidos y pormenorizados, es fácil concluir que los problemas socio-ambientales globales luego de la COP-21 no encontrarán una solución de fondo. Y así continuará la guerra en contra de la Tierra, causa directa de la ausencia de Paz entre los seres humanos.

La Paz con la Tierra como mandato para la Paz sobre la Tierra

Aceptémoslo, los seres humanos para lograr que la Paz reine en la Tierra debemos empezar por hacer la Paz con la Tierra. Para conseguir ese vital objetivo, los seres humanos podemos y debemos convivir armónicamente con la Naturaleza, con sus plantas, con sus animales, con sus ríos y sus lagunas, con sus mares y sus manglares, con sus montañas y sus valles, con su aire, con sus suelos y con todos aquellos elementos y espíritus que hacen la vida posible y digna. Eso demanda un mundo en donde no sea posible la mercantilización depredadora de la Naturaleza, en la que el ser humano sea una parte más de ella y no un factor de destrucción. Y en donde, esto también es fundamental, se asegure la vida digna para todos los seres humanos.

Las guerras y el uso del terror, independientemente de los argumentos que las invoquen, tanto como las agresiones a la Naturaleza, destruyen las condiciones de vida digna en el planeta. Para poder celebrar a diario la enorme riqueza de la vida en todos los rincones de la Tierra, así como su gran diversidad biológica y cultural, requerimos construir comunidades democráticas y libres.

Y así, conscientes de este mandato, retornemos a Paris. Más allá del mensaje que se puede obtener de la COP 21, es preciso comprender las consignas de guerra desplegadas a raíz de los atentados terroristas del 13 de noviembre pasado, y los redoblados esfuerzos bélicos con que los enfrenta. Las políticas “defensiva” u “ofensiva” para combatir el terror con más terror, a la muerte con más muerte, solo conducen a un permanente adiestramiento para el genocidio, a la normalización de los crímenes de guerra, al crimen selectivo como noticia favorita en los medios de comunicación masiva. Debemos, por tanto oponernos a la institucionalización de cualquier forma de violencia en la vida cotidiana. Y en línea con el pensamiento del Mahatma Gandhi, estamos convencidos que no hay un camino para la Paz, sino que la Paz es el camino.

La mejor manera de combatir esas fuerzas aterradoras, empeñadas muchas veces en el control de los combustibles fósiles, como el petróleo en el Oriente Medio, por ejemplo, es recuperando las miradas y cercanías con la Naturaleza. Es decir la capacidad de fascinarnos con la diversidad de las formas de vida existentes en la Tierra; lo que exige el respeto a las diversidades. Y todo esto para sembrar desde lo cotidiano y en todos los rincones de la Tierra, nuestra Madre Tierra o Pachamama, un compromiso de convivencia entre los pueblos entre sí, y de éstos con la Naturaleza.

Insistamos, en la tierra no habrá Paz, si no establecemos la Paz con la Naturaleza. La Naturaleza explotada, contaminada, militarizada, es la causa profunda de muchas violencias. Y lo son también las enormes y crecientes brechas entre ricos y pobres en todo el planeta. Esta realidad provoca miedo e incertidumbre por el futuro. Desata problemas cada vez más complejos en términos de los cambios climáticos en marcha, que amenazan la vida de los humanos en el planeta. Constituye una manifestación de despojo para la mayoría de habitantes y de acumulación en beneficio de pequeños grupos que han concentrado el poder en base a los extractivismos y la mercantilización de la Tierra. Estas son las verdaderas fuerzas destructoras que impiden las condiciones materiales y existenciales necesarias para la realización de la vida digna para todos los habitantes del planeta.

Por ello tiene hoy más sentido que nunca, superando el miedo al terror, enarbolar la bandera de la Paz, y enfrentar las agresiones contra la atmósfera, que provocan el cambio climático; el agronegocio de los organismo genéticamente modificados (los transgénicos) y los agrotóxicos; el desbocado extractivismo en los territorios desde donde se obtiene -con verdaderas amputaciones ecológicas- petróleo, gas o minerales. Y más aún si sabemos que esas agresiones son sostenidas -siempre- con el uso de la fuerza, con la criminalización de los defensores de la vida y en más de una ocasión con operaciones militares.

El Tribunal de los Derechos de la Naturaleza, respuesta desde la sociedad civil

En las circunstancias descritas, sobre todo frente a los continuados fracasos de los grupos de poder, que realmente no tienen interés en encontrar las respuestas adecuadas a los problemas provocados por el cambio climático -es decir por ellos mismos-, la sociedad civil propone respuestas y acciones creativas. Es más, la sociedad civil no espera a que den fruto las acciones de los poderosos. La sociedad civil en el Sur y en el Norte se ha puesto en marcha. Resiste y propone.

Así, ya desde hace dos años, desde la sociedad civil se construye un espacio para denunciar e incluso sancionar éticamente los crímenes que se cometen en contra de la Tierra y de sus hijos e hijas. Este Tribunal Ético Permanente por Derechos de la Naturaleza, que ha realizado sesiones en Ecuador, Perú, Australia y Estados Unidos, se reunió también en París en forma paralela a la COP 21. En este espacio se analizan y juzgan las agresiones contra la Naturaleza, considerando que ésta es la mayor guerra de agresión y terror es la que se lleva a cabo en el mundo.

Quienes conforman este Tribunal Ético Permanente por los Derechos de la Naturaleza, en homenaje a todas las víctimas de toda forma de terror, invitaron a recuperar y a construir los espacios necesarios para propiciar democráticamente una vida en Paz. El desafío es extraordinario. Detener el cambio climático y las agresiones a la Naturaleza excede el marco de las cumbres gubernamentales y requiere del movimiento social global más poderoso de la historia que conecte las distintas luchas de justicia ambientales, económicas, feministas, indígenas, urbanas, obreras. Esto implica coordinar acciones anti-coloniales, anti-racistas, anti-patriarcales y anti-capitalistas, construyendo alternativas civilizatorias. En eso estamos, hacía allá vamos.

En suma, la lucha por la Naturaleza y la vida digna de los seres humanos, posible sólo si vivimos en armonía con nuestra Madre Tierra, como expresó el senador argentino Fernando “Pino” Solanas en París, en este Tribunal de los Derechos de la Naturaleza, sintetiza “la causa de todas las causas”.

lunes, 5 de octubre de 2015

Este Miércoles!! Gran Debate Público

¿Cómo pensar la problemática

energética en Argentina?
Debate Público

Junto con la Fundación Rosa Luxemburgo convocamos a participar de este debate que llevaremos a cabo el próximo miércoles 7 de Octubre de 2015, de 18:00 a 20:00 hs
en nuestro Multiespacio Pasco
(Pasco 689, CABA)

 

La Comisión de Ambiente del Senado Nacional invita al debate público sobre mega minería.
Lugar: Salón Illia de la Cámara de Senadores, Hipólito Yrigoyen 1849.
Fecha: 08 de octubre de 2015
Hora: 18:00 a 21:00

Se requiere DNI para ingresar



viernes, 24 de julio de 2015

2º Taller con Eduardo Gudynas: Alternativas al "Desarrollo"

El pasado 8 de julio, con auditorio lleno y bajo la coordinación de nuestro compañero Enrique Viale, llevamos adelante el segundo taller sobre Ecología Política con el pensador uruguayo Eduardo Gudynas.

Este segundo taller titulado "Ecología Política: alternativas al desarrollo", contó con la participación de más de cien personas provenientes de diferentes ámbitos y disciplinas. Con una enorme riqueza en el intercambio de ideas se abordaron temáticas como las estrategias de desarrollo y sus concepciones de la Naturaleza, corrientes del desarrollo sostenible, variedades de desarrollo, post-desarrollo, extractivismo sudamericano y el concepto de “alternativas al desarrollo”.

Después de hacer un repaso por los temas abordados en el primer taller, Eduardo Gudynas en este segundo encuentro realiza un recorrido por la diversa variedad de nociones de "desarrollo" existentes en América Latina y como las distintas variables, a pesar de tener matices, poseen una estructura conceptual común asociada a la idea de una naturaleza rica, diversa e ilimitada y con el potencial de alimentar el crecimiento económico de los países, así como a una concepción en la que el “buen” Estado es aquel con la capacidad de aprovechar al máximo esos recursos como generadores del mayor crecimiento posible.

Expone la manera en que este núcleo conceptual, de categorías y sensibilidades que es compartido por las distintas variedades sudamericanas ha conllevado a que, mediante modelos donde se continúa haciendo una valoración antropocéntrica de la naturaleza, todas terminan siendo funcionales a las condiciones de crecimiento económico, a la defensa de un desarrollo motorizado por la inversión extranjera y la promoción de exportaciones (especialmente de comodities) y al fomento del extractivismo como vía para alimentar el progreso.

Sumado a este análisis, Gudynas nos lleva a través de su exposición a situar los momentos cruciales del debate y a profundizar acerca de cómo ante cada ciclo de crítica y emergencia de resistencias, la idea de “desarrollo” resucita disfrazada de nuevas variedades, tales como: desarrollo humano, desarrollo sostenible, desarrollo endógeno, desarrollo integral, desarrollo a escala humana y desarrollo y buen vivir. En este sentido incorpora un elemento a la discusión y es el de comprender la gran capacidad y fuerza que la idea convencional de "desarrollo" ha tenido para reinventarse según las necesidades y contextos y, en razón de ell, reconocer la dificultad para resistir y generar alternativas reales.

Como conclusión de este segundo taller, Gudynas reiteró la importancia de la defensa de los derechos de la naturaleza en tanto implican visiones que están por fuera de las ideas convencionales; y nos invita a superar la discusión sobre cuál es la mejor variedad de "desarrollo" para pasar a un debate sobre cómo salir de ese grupo de ideas y sensibilidades compartidas por todas las versiones de “desarrollo” que hoy conocemos.

COMPARTIMOS VÍDEO COMPLETO DE LA PRIMERA PARTE DEL TALLER


martes, 16 de junio de 2015

Video del Conversatorio con Daniel Libreros sobre Ecosocialismo

El pasado 6 de Junio tuvimos el placer de contar con la visita del profesor colombiano Daniel Libreros, quien además de llevar años estudiando los modelos de desarrollo y el capitalismo en América Latina está actualmente liderando la conformación del movimiento ecosocialista en Colombia. 

Este Conversatorio sobre Ecosocialismo hace parte de un ciclo de debate que desde el Colectivo por la Igualdad hemos abierto convencidos de la necesidad de discutir respecto del modelo de desarrollo, el crecimiento ilimitado, el extractivismo y los paradigmas instalados de consumo. Temas que han sido manipulados cuando no invisibilizados por la agenda política de las derechas latinoamericanas y dejado en segundo plano al interior de las izquierdas.

Compartimos el vídeo de la disertación del profesor Libreros quién hizo un recorrido muy interesante sobre las diferentes fases del capitalismo a través de la experiencia colombiana y una exposición detallada de los ejes centrales para la construcción de un programa EcoSocialista.


¡Los bienes son comunes... el conocimiento también!