martes, 27 de diciembre de 2011

Chau 2011, desde Pasco

Crónica de un 23 de diciembre…





El día empezó temprano, a eso de las siete de la tarde. Estábamos en Pasco los del Colectivo poniendo todo a punto para recibir a nuestros invitados en el brindis de fin de año. Mucha expectativa, superada por la gran cantidad de gente que se acercó a nuestro multiespacio: otros militantes, organizaciones políticas, vecinas y vecinos de villas y asentamientos, legisladores y ex legisladores, artistas callejeros, intelectuales, amigas y amigos. Buena música, algo rico para picar y siempre alguna bebida en mano.

Eso, por suerte, se extendió por muchas horas. Tanto y con tanta alegría que nadie sabía bien qué hora era… pero sobre todo, tampoco importaba demasiado. En algún momento, habló Nacho Marasco: presentó al Colectivo y agradeció a las y los presentes. Brindamos, y le dio paso a Facu Di Filippo, que luego de sus palabras, propuso otro brindis. Alzaron sus copas los pibes de la Juventud Rebelde, los de Movimiento Emancipador-Proyecto Sur, Rafa Gentili, Milciades Peña, Norma Giarracca, Miguel Teubal, artesanos y artistas callejeros, compañeras y compañeros de algunos de los barrios más pobres de la ciudad.

Más tarde, algunos se iban despidiendo, con un documento fundacional bajo el brazo, y en algunos casos poniéndole su firma al libro de actas y a la planilla en la que estamos sumando adhesiones a la Ley de Identidad de Género.

Tampoco es fácil precisar el momento en que el brindis mutó en fiesta, aunque seguramente la transición fue lenta y bien manejada por el DJ Pachi Farías, que al principio contó con el apoyo logístico y fraternal de Sebastián Pilo y de Federico Giles. Los tres, a veces acompañados por Quique Viale y por quien suscribe (Agustín Vazquez), se las tuvieron que arreglar durante un buen rato con una notebook y sin mezcladora de temas, aunque luego Farías incorporó el programa correspondiente a la PC y así despejó todo tipo de duda acerca de su supremacía al mando de la consola.

Un párrafo especial merecen las compañeras y los compañeros de la 1-11-14, que se quedaron, por lo menos, hasta las dos de la mañana, y eso que se vienen desde el Bajo Flores. Es cierto que el reconocimiento y agradecimiento por la presencia y buena onda es para tod@s: las y los de la Rodrigo Bueno, lo mismo que la gente del Ramón Carrillo, que hace poquito tuvo que soportar una elección mal llevada por el IVC… y también hay que mencionar al Playón de Chacarita, que está estrenando delegados propios luego de la elección del 27 de noviembre; a Los Pinos; a la 31 y 31 bis, y a tantos otros, que, como estos últimos, no pudieron venir al brindis pero con los que siempre brindaremos, ya sea bajo un mismo techo, o a la distancia. Pero decía: los de la 1-11… qué aguante, qué ganas de bailar. Hicieron levantar el polvo de la pista de Pasco y me atrevo a decir que en un plenario podríamos discutir si después de lo de anoche el salón del local llevará o no el nombre de la villa.

“¡Amargos!”, les grité con la mejor onda a Pilo y a Viale cuando huían bastante temprano en un taxi. Bastante se quedaron, hay que decirlo: hasta ayer a la tarde estuvieron trabajando para que la Justicia dictara la medida cautelar que prohíbe las demoliciones a inmuebles anteriores a 1941. El trabajo de ambos y de Joni Baldiviezo rindió sus frutos, la Justicia falló favorablemente, y ahora pueden descansar tranquilos.



Las fiestas y encuentros que organizamos tienen algo de especial. Parece que hubiéramos encontrado la fórmula para armar un festejo como cualquier otro -divertido, alegre, lleno de amigas y amigos- pero con el condimento de la militancia política. Nos encontramos en lugares en los que, sonrisa y abrazo mediante, permanentemente comentamos qué se ha hecho, qué se puede hacer para seguir transformando la realidad. En las paredes de Pasco todavía está fresco el festival LGBT organizado a lo largo de tres jornadas la semana pasada y sin embargo parece algo viejo, de hace tiempo, porque en el medio pasaron tantas cosas: se hicieron las elecciones en el Carrillo, donde participamos acompañando al veedor judicial, Gustavo Cañaveral -amigo de la casa-; asumieron los delegados del Playón de Chacarita; los bogas del Colectivo no pararon de trabajar -traza de la ex AU 3, amparo por ambulancias y CESAC´s en villas, Costa Salguero, la ya mencionada protección a los inmuebles-; mientras nos seguimos reuniendo con otras agrupaciones, intercambiando ideas, experiencias… y en el medio de todo, teníamos que pensar y organizar esta jornada de cierre de año, un 2011 cargado de emociones, con mucho para dejar atrás pero también con grandes noticias y sueños que emergen.

Seguramente hay mucho más para decir, pero la subjetividad y sobre todo la memoria -más en un día tan largo- es arbitraria. Lo cierto es que en pocos días, un martes seguramente, volveremos a vernos para revivir ese ritual sagrado que es marca registrada, pieza central de nuestra identidad, huella imborrable y mancha de nacimiento de nosotr@s: el plenario.

¡Salud!
Agustín Vazquez

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