viernes, 21 de febrero de 2014

Las mediciones de la pobreza y el Plan Progresar: se devela la ficción del relato oficial

Hace algunas semanas se formalizó el lanzamiento del Plan Progresar, destinado a jóvenes de 18 a 24 años  que deseen finalizar sus estudios primarios, secundarios, terciarios o universitarios. El plan guarda grandes similitudes con el programa “Jóvenes con más y mejor trabajo” lanzado en el año 2008, aunque mejora el monto a cobrar con una prestación de $600. El anuncio, que según palabras de la Presidenta “más que un programa de gobierno es un programa de vida” (pese a tratarse de un subsidio de tan sólo seiscientos pesos),  desenmascara la mentira del relato oficial sobre los indicadores de pobreza.

El primer dato a tener en cuenta es que, si bien no existen informes del INDEC posteriores al año 2006 que desagreguen la pobreza por franja etaria, las últimas mediciones de la misma (que datan del primer semestre del 2013) indican que la pobreza afecta al 4.7% de la población y la indigencia al 1.4%.

La segunda cifra a considerar es  el monto de gastos alimentarios y no alimentarios básicos para no caer bajo la línea de pobreza. Dicho monto, medido por la CTA, para una familia tipo[1] propietaria de su vivienda es de $5076.8, y en el caso de las familias que alquilan, la cifra se eleva hasta los $6227 (el INDEC calcula en cambio la canasta básica total en $1717,9, es decir $57 por día, y no realiza distinción entre familias propietarias y las que alquilan).

En este sentido es oportuno recordar, que el requisito para cobrar la prestación además de presentar certificado de alumno regular, es que el joven beneficiario se encuentre sin empleo, con empleo informal o formal con ingresos menores que el salario mínimo, vital y móvil ($3.600), y a su vez, que el grupo familiar se encuentre en la misma condición

Progresar  según  aclarara la Presidenta y de acuerdo a datos relevados por el titular de la ANSES, tiene 1.555.817 potenciales beneficiarios. Esto representa ni más ni menos que el 32,8% de los  4.730.786 jóvenes que, según el censo de 2010, tienen entre 18 y 24 años.

Los datos anteriores nos llevan a concluir que contrariamente a lo que indican las cifras  del INDEC, un poco más del 30% de los jóvenes de nuestro país, se encuentran en situación de precarización laboral o pertenecen a familias pobres, porcentaje que claramente dista de las cifras oficiales.

Si bien desde el Colectivo por la Igualdad en el Partido Social, celebramos la implementación de todo tipo de planes que permitan la construcción de una sociedad más igualitaria, los datos antes enunciados demuestran que desde el oficialismo hay un ocultamiento de las gravísimas condiciones socioeconómicas de un gran número de familias en la Argentina, lo cual se constituye como un gran impedimento para llevar adelante medidas que resuelvan estructuralmente esta situación.



[1] Una familia tipo se calcula en 3.09 adultos.

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